Fue Rumi quien primero utilizó el titulo de este texto como una forma poética de referirse al evento descrito en el Corán (7:172) en el cual Allah nos preguntó: “¿Acaso no soy yo vuestro Señor?”. El Corán nos dice que todos los hijo de Adam respondimos: “Balaa”, que es una respuesta afirmativa que indica certeza.
Este evento pretemporal es la piedra angular sobre la que se basa la génesis del ser humano; es la primera noticia que tenemos de su existencia en la narrativa Coránica. Algunos exegetas sitúan este evento inmediatamente tras la creación de Adam, otros lo hacen antes o después de su descenso del Yanna a la Tierra, pero la mayoría lo reconocen como algo ocurrido antes, valga la contradicción, de la creación del tiempo.
Si tomamos esta última opinión, la más reconocida, entonces podemos decir que la génesis del ser humano, el primer momento de su existencia, individual y colectiva, es un evento atemporal de reconocimiento de la Realidad. Esto, a su vez, deja una marca en cada individuo, como una marca de agua sobre una hoja en blanco, no importa lo que escribamos sobre ella y cuánto la cubramos, seguirá ahí. Podríamos considerar esto como el fundamento de la fitrah.
El fundamento de la fitrah
Entendemos la fitrah como la naturaleza primordial del ser humano que le lleva a inclinarse hacia el reconocimiento de Dios. Pero la palabra fitrah también está relacionada con el significado de “marcar” algo. De alguna forma este evento primordial nos está marcando a todos y nuestra responsabilidad es reconocer la marca que llevamos.
Esta fitrah, o esta marca que llevamos, no es algo que haya ocurrido en un pasado lejano, que no podemos recordar. Este es el argumento de quienes encubren su propia realidad, de los kufar. Es, también, una sus principales confusiones. El Día de Alastu es cada uno de nuestros días. Es un pacto que se renueva a cada instante, en cada momento.
Es necesario comprender que el evento fundacional de la génesis del ser humano ocurre fuera del tiempo, esto quiere decir que no existe una línea temporal entre este momento y nuestro ahora. Ese momento es ahora.
La psique del ser humano ordena los acontecimientos de los que es testigo en una línea cronológica temporal. Esto da al individuo una narrativa personal de su propia historia, le confiere una identidad. Pero solo se pueden ordenar cronológicamente aquellos eventos que ocurren dentro del tiempo.
Lo que no tiene antes o después es necesariamente presente
El ser humano comienza su andadura terrenal en el momento en el que el Ruh es insuflado en el cuerpo. La opinión más extendida es que esto ocurre 120 días después de la concepción, aunque otras opiniones lo sitúan mucho antes, en el mismo momento de ser concebido (sobre esto recomiendo leer When Does a Human Fetus Become Human?). En cualquier caso podemos decir que esto da comienzo a la historia personal de cada uno. Es el momento en el cual la realidad física, perteneciente al mundo de las formas, se encuentra con la realidad espiritual, perteneciente al mundo de los significados, y de lugar a la potencialidad de una nueva realidad emergente, aquella que une las formas y los significados.
Este es el comienzo del tiempo para cada individuo particular. Es a partir de entonces cuando los recuerdos empiezan a ordenarse cronológicamente. Es por esta razón que no tenemos un recuerdo consciente de este pacto inicial, porque no pertenece al orden de eventos ocurridos dentro del tiempo, que es donde ocurre la realidad física.
El hecho de que no tengamos un recuerdo consciente, dentro del la línea temporal, no quiere decir que no podamos acceder al reconocimiento de este evento, sino que no podemos buscar situarlo en un línea cronológica particular.
Al no poder situarlo en una línea cronológica temporal no podemos decir que este evento ya haya ocurrido, sino que sería más correcto decir que este evento está ocurriendo. Aquello que no está afectado por un antes o un después necesariamente tiene que ser presente.
Podemos entender entonces que Allah nos está preguntado, ahora, en este preciso instante, que no ha pasado ni pasará, sino que está pasando continuamente: “¿Acaso no soy yo vuestro Señor?”.
Y todo ser humano está respondiendo: “Sí, por supuesto”.
Esta declaración es categórica, es decir, que todo ser humano está respondiendo a esta pregunta de forma afirmativa. No importa que no lo haga desde su consciencia temporal, aquella que le sitúa en un lugar espacio-temporal, puesto que la existencia de su consciencia y de su realidad física son, en sí mismas, la respuesta.
Reconocer esto es la Fitrah, la naturaleza primigenia del ser humano. Es primigenia puesto que está fuera de nuestra existencia temporal, donde ocurren los acontecimientos circunstanciales que conforman nuestra idea de nosotros mismos. Aquellos que no reconocen está fitrah no lo hacen porque dan realidad ontológica a lo meramente circunstancial.
Un modelo de cordura
Cuánto nos alejamos de este reconocimiento, cuánto lo cubramos, o cuán cerca estemos de atestiguarlo en cada instante preciso, es lo que define cómo de lejos o cerca estamos de comprender quiénes somos, qué es el ser humano, y cuál es nuestro propósito.
Está no es un pregunta retórica ni banal, es una pregunta crucial siempre, y especialmente en el momento actual donde diferentes narrativas sobre qué es el ser humano, de dónde viene y a dónde va, pugnan por conquistar nuestra conciencia.
Partiendo de esta base fundacional me propongo desarrollar un relato basado en la narrativa islámica, sobre la génesis del ser humano y su psique. InshaAllah lo iré publicando progresivamente en este blog.
Del evento del Día de Alastu podemos deducir algunas consideraciones útiles para entender el desarrollo posterior de la psique humana:
El ser humano tiene una realidad no material que no está encapsulada por el espacio-tiempo
Esta realidad no material tiene una forma natural, con la que ha sido creada, una naturaleza primigenia llamada en árabe fitrah.
La Fitrah es ser conscientes de que constantemente estamos respondiendo a la pregunta de Allah de forma afirmativa
De cara a desarrollar una narrative sobre la génesis del ser humano y su psique estos puntos son cruciales. Dan una dimensión fuera del espacio-tiempo a nuestra existencia, dan un modelo de cordura natural que no está sujeta a las circunstancias sociales y dan propósito y significado a nuestro devenir.
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